3.7.10

Sábado a la mañana.

Sábado a la mañana. El momento más esperado de los últimos meses.
 Aquello tan deseado, planificado, soñado mil veces de panza al cielo... al fin había llegado. 
Quería cumplir una  las tantas cábalas que su madre le había enseñado, por eso decidió bajarse de la cama con el pié derecho, para después y  prestando atención en actuar como una mujer completamente decidida (si empezaba dudando temía no poder lograr ninguno de los pasos siguientes) fue caminando derechito para el baño. 
Se lavó los dientes. Tonalizó aún más rozadas sus mejillas regordetas. Peinó su largo pelo color miel en el sol para que se contagie con un poco de luz. Se puso el vestido rosa con florcitas blancas. Y sin pensarlo dos veces emprendió camino intentando hacerlo lo más pausadamente posible.
Después de respirar profundo tres veces mirando la puerta cerrada delante de su nariz, finalmente hizo el golpe, decidido pero suave e insistente pero cordial, que tanto había planeado en soledad. 
Miles de pensamientos inconexos peleaban en su cabeza. 
Nervios, transpiración, ¡el pelo! ¿que estaría pasando con su pelo?
Se quedó sin aire, detrás del umbral ella la miraba con ternura. 
-¡Hola! - le dijo con la segunda sonrisa más ancha que vió en toda su vida. 
- Hola, Señora. Está Facu?  Vine a pedirle la tarea... 

1 suspiros:

Anónimo dijo...

no es que me llego al alma ni tampoco al corazon pero no es que no me gusta tanto como para llegarme al intestino; por eso al higado X3